Siempre tuvimos necesidad de comunicarnos creando sistemas para hacerlo, el Arte Correo, rebelde desde sus inicios en
los 60s, trascendió esa intención llegando a ser una disciplina del arte contemporáneo. El formato-postal como soporte de
obra, la intervención del sobre, mensajes crípticos, sellos, estampillas, xilografías, collages, etc…y las manos que
intervienen en él traslado a modo de palomas mensajeras, es lo tangible. Por fuera de los sistemas tradicionales, circuitos
artísticos y diálogos electrónicos. Lo cinético completa el mensaje implícito transfiriendo energía y movimiento para que
el arte forme parte de la vida real.
¿Por qué el arte correo sigue vigente a pesar de la aparente decadencia de su dispositivo como sistema de comunicación?
Quizás en la era de la hiperconexión y la inmediatez esta forma de diálogo interpersonal retoma una
dimensión poética íntima, de participación comunitaria.